Mis ojos sangraron cuando vi este anuncio publicitario en mi cuenta personal de Facebook (el sello de FAIL es un añadido mío posterior, por supuesto): A mi mente acudieron en centésimas de segundo las imágenes de castración en cochinillos que una y otra vez nos muestran los animalistas (ya sean animalistas individuales poco informados o las ya conocidas organizaciones no gubernamentales que fingen defender a los animales). Sí, a pesar de no querer verlas, las sigo viendo, normalmente seguidas de unos cuantos insultos en los comentarios sobre lo malvada que es la especie humana, que trata así a los cerditos que nos vamos a comer, quitándoles sus órganos reproductivos sin anestesia. En resumen, poniendo énfasis en el trato, en lugar de la explotación misma. Si alguien no es vegano y se indigna por esta práctica, lo primero que debería saber es que esto se hace por el bien del consumidor, es decir, para que disfrute más de la carne de ese cerdo, que no tendrá un olor fuerte a verraco que eche para atrás. Mientras quieras tocino en tu plato, tú eres el que demanda la existencia de estas prácticas. No tienes por qué quejarte. De todas formas lo van a asesinar, espero que no seas tan hipócrita como para afirmar que te importa cómo tratan a ese animal antes de su asesinato. Ahora, si eres un supuesto defensor de los animales no humanos y sigues defendiendo las Leyes de Bienestar Animal porque crees que es necesario ir pasito a pasito, y que dejar de castrar a los cerdos sin anestesia en un pequeño logro en el largo camino de la abolición de la esclavitud animal, pues te diré una cosa: estás completamente equivocado. Lo único que logras con tus peticiones es que la industria de explotación animal se dé cuenta de la preocupación del consumidor sobre el «bienestar animal», y no tardará en cambiar sus prácticas para que ese consumidor esté contento y siga devorando partes de cadáveres de cerdos, porque le gusta y no quiere renunciar a ello. Observa bien la foto: ¿Producción porcina sostenible? Hablan de ecologismo. La producción porcina sostenible no existe, mucho menos si hablamos de la muerte de individuos que quieren vivir. Éticamente, eso no hay por dónde sostenerlo. ¿«Animal friendly»? ¿Están de coña? No te preocupes, no les vamos a cortar los huevos sin anestesia, pero les vamos a meter un montón de fármacos para que no puedan reproducirse y al final les vamos a cortar el cuello igual, fíjate cómo de amigos somos de los cerditos. Pero, ¿sabes qué? Eso de «animal friendly» les suena genial a todos los que quieren imaginarse que los cerditos son felices y han tenido una vida sin nada de sufrimiento antes de ser colgados y desangrados en el matadero. Esto es lo que consigue el bienestarismo. ¿Respetando el bienestar animal? Sí, claro, respetando el estado de esclavitud en el que siguen viviendo estos pobres cerdos. ¿Qué alternativas hay a la castración física? Si pinchas en el enlace de la foto de arriba, irás al artículo objeto de la publicidad. Como no tengo muchas ganas de escribir, aquí tienes una captura de pantalla: Como viróloga, soy incapaz de comprender por qué a algunos productos los siguen llamando «vacunas», pero tengo una sospecha: así das la impresión de que estás protegiendo al individuo frente a un daño, cuando en realidad estás haciendo lo mismo que cortándole los testículos (o extirpando el útero) pero utilizando sustancias químicas que inhiben hormonas reproductoras, con vete tú a saber qué efectos secundarios. Esto último no importa mucho, porque total, los vamos a matar con unos pocos meses de edad, y no dará tiempo a que esos efectos secundarios se noten… Me llama la atención lo de las gestaciones no deseadas en hembras. ¿Gestaciones no deseadas de quién? De la hembra no, que aquí no tiene ni voz ni voto. O pasa su vida inmovilizada entre unos barrotes, continuamente gestante y pariendo, cuidando de no aplastar a sus crías; o bien le ponemos «la vacuna» para que dé buenos jamones, como bien nos explican en el artículo: Traduzco: después de todo el maquillaje de los primeros párrafos, ¡oh, sorpresa!, la utilización de técnicas no quirúrgicas para inhibir el celo no es por el bienestar de la hembra, sino para evitar pérdidas económicas. Menos mal que en la última foto lo dejan bien claro: Así que, querido bienestarista: esto es lo que consigues si promueves bienestarismo. La industria de explotación animal busca nuevas formas de que todos estén contentos: seguir haciendo lo mismo pero de otra manera, es decir, seguir utilizando a individuos sintientes como esclavos, sin que nadie se plantee la necesidad de abolir el estatus de propiedad de los animales no humanos.
PD: Y pensar que a esto se dedican mis colegas «veterinarios»… 🤦♀️
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«El veganismo es en verdad la afirmación de que en donde haya amor la explotación debe desaparecer.»
- Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society, 1951. Autora
Veterinaria y vegana. Una difícil combinación en los tiempos que corren. Libro
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