Estaba tan cómoda en mi casa, pensando que tal vez debería escribir algo más en mi blog vegano y menos en mi blog literario, cuando se presentó mi compañera y socia después de su ardua mañana de trabajo, y me invitó a leer este precioso artículo de un tal Pablo Montes, titulado «¿Dónde están los veganos radicales?». La indignación ha podido con mi desidia y me ha devuelto la motivación para escribir sobre veganismo. Ningún vegano radical que se precie puede leer este montón de bazofia y quedarse de brazos cruzados. Procedo a sacar mi estuche de disección y analizar este cadáver putrefacto que tenemos delante, el cual destila ignorancia, odio y yo diría que hasta muy mala intención hacia un movimiento que, tal y como se desprende de sus palabras, ni siquiera conoce. En el diagnóstico final procederé a responder a su estúpida interrogante. «Antes de que estallara la crisis del coronavirus tuve que soportar una campaña de acoso en redes sociales del poderoso y mezquino ‘lobby’ vegano radical (no el respetuoso, por supuesto).» Me habría gustado ver tal campaña, la verdad, ya que sin datos no puedo opinar. Eso sí, dudo que tal lobby exista, y si existiera, no sería poderoso —que los veganos radicales somos cuatro y aún nos estamos organizando— ni mucho menos mezquino. Creo que, amigo Pablo (permíteme tutearte), ya se te empiezan a ver las costuras, insinuando que no se puede ser «radical» a la vez que «respetuoso», cuando eso es totalmente falso. Ir a la raíz del problema, no faltar al respeto de una persona, y considerar que ciertas ideas como por ejemplo cosificar y esclavizar a individuos sintientes no merecen respeto alguno, son cosas distintas. «Fue a raíz de un artículo en el que ensalzaba las matanzas tradicionales como seña de identidad de la España rural.» Lógico que te llovieran críticas, porque por suerte hay parte de los españoles que no queremos que se nos identifique con tales prácticas asesinas y sangrientas, por muy tradicionales que sean. Otro ejemplo es la tauromaquia, otro es tirar cabras desde campanarios, otro es el toro de La Vega… y así me podría estar hasta el infinito. Si nos queremos llamar civilizados, todas estas prácticas deberían estar ya erradicadas de la faz de la tierra. Y no, no se merecen ningún ensalzamiento. El único sitio donde creo que debería permitirse poner fotografías de matanzas tradicionales es en los museos de historia antigua, para no olvidar lo bárbaros que fuimos (somos). «Cometí la osadía de citar a ese partido llamado PACMA que iguala a animales y personas y pretende imponer su perversa visión de la sociedad.» Aquí ya empiezan las confusiones. ¿PACMA son veganos radicales? ¿Igualan a animales y personas? No, amigo mío. PACMA es una organización política bienestarista que no defiende los Derechos Animales. Aunque entre sus filas haya algunos que digan ser veganos porque llevan una dieta basada en plantas no quiere decir que sean veganos de verdad. Pero entiendo que esto es conocimiento algo avanzado para alguien tan cegado por su propia indignación que ni siquiera es capaz de distinguir a unos animalistas de otros. No te preocupes, que yo te lo aclaro: el único objetivo de PACMA es mejorar las condiciones de esclavitud de los animales no humanos que explotamos. Y si esto te molesta y provoca tal reacción en ti, no me quiero imaginar lo que sería verte en un debate junto a veganos radicales de verdad. Dicho esto, ¿los veganos igualamos a animales y personas? No, de ningún modo. Todos somos animales, por cierto. Y está claro que los humanos tenemos ciertas capacidades que los no humanos no tienen, pero no por ello los no humanos deben estar sometidos a nuestra voluntad ni tratados como cosas. Los derechos que pedimos para los no humanos son tres derechos básicos y fundamentales que deberían aplicar a todo ser sintiente, incluidos los niños y los humanos con discapacidad: el derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a no ser considerado propiedad. Me gustaría que me dijeras qué es eso tan perverso que ves aquí. «Usando unos métodos más propios de Corea del Norte, esta pseudoformación política puso en marcha su maquinaria. Movilizó a sus acólitos autómatas que basan su dieta en los nabos y las berzas y que no respetan a los omnívoros.» Y aquí ya empiezan las frases más absurdas que he leído en mucho tiempo. A mí PACMA no me gusta especialmente, igual que no me gustan otros partidos políticos. Pero no porque algo no me guste, ya pasa a ser una «pseudoformación política». Ya intuyo un poco de falta de madurez por parte del autor. ¿Acólitos autómatas? Por favor… No, los veganos pensamos por nosotros mismos. Esa es una de las principales razones por las que hemos sido capaces de liberarnos del adoctrinamiento que hemos sufrido desde pequeños en relación a la necesidad de esclavizar animales no humanos o la necesidad de proteína animal en nuestra dieta. Nuestra dieta no se basa en nabos y berzas, sino en una multitud de alimentos vegetales cuya obtención no implica tener que esclavizar y matar a alguien que quiere vivir. Y sí, a pesar del dolor que nos produce convivir con otros humanos que tan poco valoran la vida de seres sintientes, los veganos respetamos a los «omnívoros» (omnívoros somos todos, lo que ocurre es que los veganos nos regimos por principios éticos distintos). No tenemos más remedio que hacerlo. Esos «omnívoros» forman parte de nuestra familia y de nuestro círculo de amistades, también son compañeros de trabajo. Créeme que los respetamos a todos bastante. Por si no te habías dado cuenta, querido Pablo, sois vosotros los que no respetáis la vida de seres inocentes. «Como si fuera el ‘Mein Kampf’ de Hitler, sueltan el discurso en el que previamente han sido aleccionados y que viene a decir que los que comemos carne somos demoniacos y ellos representan la esencia del ser humano porque no lo hacen.» Si algún vegano radical te ha dicho eso —que lo dudo—, déjame decirte que ningún humano, sea vegano o no, está libre de afirmar idioteces. Por ejemplo, tú mismo lo has hecho con este pésimo artículo. Ahora, comparar a Hitler con los veganos, es ignorar o fingir ignorar una realidad que está sucediendo ahora mismo a escasos metros de tu casa: la existencia de mataderos que son verdaderos campos de exterminio para los animales no humanos. ¿Y sabes por qué existen esos campos de exterminio? Porque hay gente como tú que demanda productos animales con los que deleitar su paladar. Si no me crees, siempre te puedes leer el libro Eternal Treblinka para comprenderlo mejor. Ahí se describe muy bien cómo los nazis se inspiraron en las líneas de sacrificio de los mataderos para crear sus propios campos de exterminio. Así que no sé, pero tal vez seas tú el que se parezca más a un nazi que los veganos radicales… Eso por no mencionar que el especismo, tipo de discriminación arbitraria en función de la especie a la que pertenece el individuo, que es el tipo de discriminación que haces tú, es bastante similar al nazismo, un tipo de ideología que se basaba en discriminar individuos arbitrariamente, en este caso en función de la raza a la que pertenecen esos individuos. ¿Ves ahora mejor la similitud? «Y si hay especies que por este motivo desaparecen. Y si hay personas que se quedan en la calle. Y si hay pueblos que se mueren. Se la bufa. No dan ni una sola alternativa a ganaderos, tratantes, mataderos, distribuidores...» Dejando aparte la pésima redacción de este párrafo, que parece escrito por un niño de primaria, me gustaría que me aclararas qué tiene que ver el veganismo con la desaparición de especies, las personas sin hogar o los pueblos que se mueren. Los veganos nos ocupamos de la explotación de animales no humanos. Sabemos que no es justa ni necesaria, y por eso la rechazamos. Punto. No somos hermanitas de la caridad, ni tú eres quién para exigirnos nada cuando ni siquiera eres capaz de ver que por tus hábitos de consumo millones de animales no humanos viven vidas miserables y son asesinados innecesariamente todos los años, solo porque te apetece saborear sus cadáveres y vestirte con sus pieles, tal como hacían los hombres de las cavernas. Los ganaderos, tratantes, mataderos y distribuidores tienen montones de alternativas para dejar de participar en este sistema de explotación y nosotros los veganos estaríamos encantados de darles montones de ideas. ¿No será que ni siquiera se molestan en escucharnos? Podríamos empezar por el mercado de leches vegetales, quesos veganos o hamburguesas sin carne, que aún está a medio desarrollar, y podríamos acabar por los cientos de productos libres de explotación animal que los veganos llevamos años demandando. Más si, por ejemplo, eres una veterinaria vegana como yo a la que le cuesta un montón encontrar artículos para perros o gatos que no lleven ninguna porquería procedente de la industria cárnica. «Se suele decir que cuando vienen mal dadas las ratas son las primeras que huyen del barco. No creo que les siente mal esta comparación ya que para ellos un roedor es tan respetable como una persona. Quiero puntualizar. Solo hablo de aquellos que intentan imponer sus enfermizos gustos denostando a los que no entramos en su secta. Todos aquellos que, en el ejercicio de su libertad, deciden llevar una alimentación vegetariana, vegana o ‘crudivegana’ sin criticar al resto, me merecen el mayor de los respetos.» En efecto, no nos sienta mal esta comparación, no te preocupes que no tienes por qué diferenciar entre respetuosos y no respetuosos. Primero, porque, en efecto, los roedores son tan respetables como los humanos, aunque a ti te sea difícil aceptarlo y digas esto con ironía (lo asumo porque justo un poco antes dijiste que era una barbaridad que los veganos equiparáramos animales con personas). Y segundo, porque no sé de dónde has sacado que todos los que están huyendo del barco son veganos. Yo puedo hablar por mis conocidos veganos, humanos que ya de por sí tienen bastante más empatía que tú y que en su mayor parte son pacifistas. No veo que ninguno de esos haya huido despavorido. Lo que sí que he visto es a no veganos enloquecidos dejando las estanterías vacías de bandejas con cadáveres de animales, y demandando más carne para satisfacer su gula en este encierro obligado, haciendo que algunos mataderos batieran sus récords de número de animales no humanos masacrados en un día. Te sigo viendo un poco confundido… Y que a estas alturas tengamos que explicar que los veganos no vamos por ahí imponiendo nada a nadie solo denota que eres un infante en esto del veganismo. Eres el típico no vegano ofendidito porque alguien te dice que está mal matar a seres inocentes, pero tú no quieres renunciar a tu churrasquito en la barbacoa del domingo, ¿verdad? El veganismo no es una dieta, ni tampoco va de gustos, por cierto. El veganismo es una cuestión de respeto y justicia fundamental. No es que no nos guste el sabor de la carne (a mí nunca me gustó, pero entiendo que haya veganos que la echen de menos), lo que ocurre es que hemos comprendido que no está bien quitar la vida de alguien para satisfacer nuestros gustos personales. Y la crítica no es por tus gustos, que para gustos los colores, sino por considerarte superior a otros seres que están aquí compartiendo el planeta contigo y cuya vida no te pertenece. «La pandemia del coronavirus ha borrado del mapa las reivindicaciones de este colectivo.» Te equivocas completamente. Hay activistas que están publicando más que nunca gracias a que ahora pasamos más tiempo encerrados en nuestras casas. Y cuando no estamos haciendo activismo, estamos en nuestros trabajos, tratando de sobrevivir como todos los demás a una situación que es preocupante, desequilibradora e incluso deprimente para muchos de nosotros. Los veganos somos humanos como tú. La única diferencia es que en lugar de ir a los supermercados presas del pánico por si se acaba el pollo, nos hemos contentado con consumir lo de siempre: frutas y verduras frescas, cereales y legumbres, todos esos productos que en tiempos sin pandemia todo el mundo ignora, a pesar de que son los más baratos del supermercado. ¿Por qué será que luego todos los no veganos ponéis la excusa de que comer vegano es caro pero cuando os acojona una situación hacéis acopio de arroz, patatas, harinas y garbanzos? ¿No os da miedo morir desproteinados? ¿Ya no os preocupa la vitamina B12? «Alguno de ellos se habrá dado cuenta de que, en una crisis de tal magnitud, sus argumentos viles se desmoronan como un castillo de naipes.» No, todo lo contrario. En una crisis de tal magnitud, yo diría que los veganos somos los únicos que estamos dando muestras de un poco de humanidad, preocupándonos por los animales vagabundos en lugar de dejarlos abandonados antes la mínima sospecha de que puedan contagiar de Covid-19. O por las aves de ciudad que se han quedado sin las migajas de los humanos para alimentarse. No somos nosotros los veganos los que alquilamos el perro del vecino para poder salir más a pasear, ya que seguramente tenemos ya a unos cuantos acogidos en casa. Nuestros argumentos, en todo caso, han cogido más peso, porque ahora todos tenéis más claro que la explotación de animales no humanos es fuente de todo tipo de zoonosis (enfermedades infecciosas potencialmente transmisibles a humanos), y aún así, ni por un segundo os planteáis dejar de hacerlo, porque no queréis cambiar vuestros hábitos de consumo. Lo único vil que hay aquí es dedicar un artículo a denigrar a los veganos con argumentos falaces, y ello en medio de una pandemia que tanto sufrimiento nos está trayendo a todos. Claro que cuando uno empieza a sufrir, es más propicio a ignorar el sufrimiento de los demás, como os pasa a los no veganos, que de todas formas ya lo hacéis cuando no hay pandemias, ¿verdad? «Y precisamente quienes están dando la cara son sus odiados ganaderos y esos mataderos que consideran poco menos que el averno. Aquellos que nos surten de carne como la de pollo, la de cerdo o la de ternera, que se han convertido en algunos de los productos más vendidos durante el confinamiento.» ¿Dar la cara, dices? ¿Acaso los ganaderos nos surten de carne a los veganos, o trabajan para satisfacer vuestra gula? La carne no es ningún producto esencial en la dieta de nadie, como avalan numerosas organizaciones sanitarias mundiales. Y si esos son los productos más vendidos durante el confinamiento es precisamente por el egoísmo y la falta de empatía de los no veganos, cualidades que se han visto multiplicadas por mil ante la sensación de desastre inminente. ¿Que los veganos son los primeros en abandonar el barco? Mira que yo tengo una impresión totalmente distinta… Los no veganos nos tirarían por la borda a los veganos, lo primero de todo (quizá para no quedarse sin manzanas), y después practicarían el canibalismo entre ellos, ya que no quieren entender lo que significa el respeto a la libertad y la vida de todo ser sintiente. O, al menos, no lo quieres entender tú, que yo no soy de generalizar… Por otro lado, yo no diría que es dar la cara enviar al matadero o dejar de morir de hambre a los miles de corderos que criaron para la campaña de Semana Santa y que no pudieron vender. Eso es simple y llanamente asesinato, que es a lo que se dedican ya de manera habitual. Nada loable, en mi opinión. Y para finalizar, aclaro que los veganos no odiamos a nadie, ni siquiera a especistas como tú, porque todos fuimos no veganos antes, hasta que nos dimos cuenta del daño que estábamos haciendo y decidimos luchar por un mundo mejor. Nunca es tarde para cambiar, ni siquiera para ti. «Mientras los activistas veganos están aportando un cero como una catedral a la sociedad, los trabajadores de las granjas y de las explotaciones siguen yendo cada día a sus puestos de trabajo a jugarse el tipo para que en las carnicerías no falte de nada. Para que esta situación casi de guerra sea menos dura porque no ha llegado el temido desabastecimiento. Y no es gracias a esos enfermos que acudían a lloriquear delante de los camiones que transportan el ganado al matadero. ¿Dónde están ahora?» Los activistas veganos están pacíficamente en sus casas haciendo lo que hacen siempre, y trabajando en sus trabajos habituales, si es que tienen suerte de poder hacerlo. Como mínimo están alejados de matanzas y no participan de ningún tipo de explotación animal, que ya es más de lo que haces tú. Y no veo que menciones por ningún lado a los agricultores, que esos sí que producen alimentos básicos que en ninguna dieta deberían faltar. En situaciones de guerra, lo primero de lo que la gente prescinde es de artículos considerados de lujo, como la carne. Veo que no has leído mucho sobre la guerra civil española. En relación a aquellos activistas que van a lloriquear delante de los camiones, simplemente estarán en sus casas cumpliendo las órdenes de confinamiento, pero eso no les impide hacer otro tipo de activismo, como el que estoy haciendo yo escribiendo este artículo de respuesta a tu sarta de falsedades. «Pero esa labor fundamental que hacen los ‘demonios’ de los veganos no solo se limita a los ganaderos, también al campo de la veterinaria. Una especialidad que moriría en gran parte si este ‘lobby’ infeccioso impone su dictadura. Solo quedarían los que se dedican a atender a esos perros que algunos dueños ponen por encima de los mayores que se nos están muriendo por culpa de la COVID-19. Escuchaba hace unos días a Miguel Ángel Higuera, veterinario y director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor) asegurar que el Gobierno no estaba contando con los laboratorios veterinarios ni para hacer un cribado del virus. Hay que recordar que España tiene una red de laboratorios de este tipo de primer nivel y que hay más epidemiólogos en el lado de la veterinaria que en el de la medicina humana. Una ayuda fundamental en un momento así, ya que su experiencia es muy valiosa.» ¡Vaya! ¿Y ahora mencionas además a los veterinarios? Esta es la otra razón por la que me he animado a responderte. ¿De qué dictadura estás hablando? ¿Acaso respetar la vida de todos los individuos y luchar por la abolición de la esclavitud animal te parecen medidas propias de una dictadura? ¿Y cómo es que te olvidas de los verdaderos veterinarios, que somos los que respetamos y defendemos la vida de todos los animales no humanos, independientemente de su especie? Sí, veterinarios veganos somos aún pocos, pero creo que incluso mis colegas veterinarios clínicos de pequeños animales se indignarían leyendo este párrafo, que únicamente denota el desprecio que sientes hacia los profesionales que cuidan de los perros y gatos que por fortuna tienen un hogar, no como los cerdos que mencionas justo después. Me parece deleznable que afirmes que hay dueños que ponen a sus perros por encima de los mayores que mueren por coronavirus, acusación que me parece bastante cruel cuando seguramente muchos de esos veganos han perdido familiares cercanos, igual que muchas otras personas, y además de cuidar de esos mayores, también se preocupan de que los nuevos perros y gatos huérfanos encuentren un nuevo hogar. ¿Quizá lo dices porque muchos afirman que su perro es miembro de su familia y eso te repatea por tus aires de superioridad respecto a los animales no humanos? Pues sí, por mucho que te cueste aceptarlo, hay humanos que aprecian hasta ese punto a sus compañeros animales, y yo no veo nada malo en ello. Lo único que veo es un gran amor y respeto hacia otros individuos que no encuentro por ningún lado en ti, subido en tu pedestal de antropocentrista y dueño y señor de toda la creación. Y no me mezcles cosas: un epidemiólogo no tiene por qué dedicarse a la industria porcina. Un veterinario puede entender mucho de enfermedades infecciosas —como yo, que soy viróloga— y estar en contra de la explotación animal —como yo, que además de veterinaria, soy vegana—. Me hablas de un veterinario director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino, es decir, alguien que se lucra a costa de explotar cerdos. Que, por cierto, ese sí que es un lobby de verdad, y uno de los más poderosos en nuestro país… Y que este señor sepa algo de epidemiología se debe a que toda su vida ha tratado con colectividades, es decir, animales hacinados en espacios ridículamente pequeños. Es la misma razón por la que los veterinarios que llevan protectoras también saben bastante de enfermedades infecciosas, PCRs y tests serológicos, porque es el puto día a día de su profesión. ¿Somos necesarios en la sociedad? Por supuesto que sí. Pero no para salvar la vida de humanos despreciables como tú, amigo Pablo, sino para salvar la vida de esos perros y gatos que a consecuencia de la irresponsabilidad de la gente acaban en esa colectividad a la espera de que alguien los adopte. Porque a los veterinarios nos importan las vidas de TODOS, humanos y no humanos, aunque sea en distinto grado, no como a los no veganos antropocentristas, a quienes solo les importa su propio culo. El problema de ninguneo que actualmente sufre nuestra profesión por parte del gobierno es lamentable, sí, y por supuesto que los laboratorios veterinarios deberían estar en primera línea de batalla, ya que somos los máximos expertos en zoonosis y me consta que vamos a la par con otros especialistas europeos. Pero no me vayas a comparar la excelencia del sector de los laboratorios veterinarios (tanto clínicos como de investigación) con la excrecencia sobrante de los veterinarios cómplices de la explotación animal. No somos lo mismo, aunque el veganismo tampoco haya llegado aún al primero. «También el respaldo de ganaderos y agricultores está siendo fundamental en las tareas de desinfección. De hecho, las autobombas del servicio de Medio Ambiente de la Junta que recorren los pueblos han pasado de usar una solución de agua y lejía a emplear un producto desinfectante de explotaciones ganaderas que es más eficaz.» ¿De veras? No me puedo creer lo buenos que son estos ganaderos… ¿Los eximimos entonces de su parte de culpa en la labor de explotación y matanza de seres inocentes para satisfacer la gula de los no veganos porque les preocupa la desinfección? No sé, si de verdad les preocupa tanto esto de la limpieza, ¿no deberían dejar de criar cerdos para dejar de contaminar la tierra de todo nuestro país con las toneladas de purines que producen? De todas formas, el veganismo no va de medio ambiente, sino, como dije antes, de respeto a otros individuos. ¿Acaso un pederasta es menos culpable de sus actos si luego le regala una piruleta a un niño que ve pasar por la calle? «Sin embargo ,hay que soportar que los ‘terraplanistas’ del lobo (hermanos del ‘lobby’ vegano), vuelvan a negar la mayor y desprecien a los ganaderos de La Zarza Pumareda, Olmedo de Camaces, San Felices de los Gallegos o Villasbuenas que han perdido decenas de ovejas por sus ataques. Espero y deseo que, cuando esto pase, la vida ponga a cada cual en su lugar.» ¿Terraplanistas del lobo? ¿Decenas de ovejas? Supongo que ahí también entran las que matan ellos mismos para tener derecho a ciertas subvenciones del gobierno, ¿no? No, amigo Pablo, por muy elocuente que seas, ninguno de tus argumentos vale para nada. El veganismo es fácil de entender para todos y no tiene nada que ver con lobos supuestamente comiéndose a ovejas. En todo caso serás tú el terraplanista, negando algo que es más que evidente para cualquier no vegano con un mínimo de empatía. Se trata de rechazar la cosificación y la esclavitud de individuos que no están aquí para servirnos. En términos generales se trata de vivir haciendo el menor daño posible a quienes nos rodean, y esta es una filosofía que la mayoría de los veganos tratamos de extender al resto de nuestras vidas, incluso en tiempos de pandemia. Se trata de PAZ y JUSTICIA. Nada más y nada menos. ¿Dónde están los veganos radicales? Te preguntas... tratando de acusarnos de escurrir el bulto cuando las cosas se ponen feas, o a esa conclusión he llegado después de analizar detenidamente tu artículo...
Pues bien, yo te contesto. Los veganos radicales estamos:
Ahí es donde estamos los veganos radicales, viviendo lo mejor que podemos, soñando y trabajando por un mundo libre de violencia, no como vosotros los no veganos que sois como buitres en busca de carroña, esperando a arrasar los supermercados ante la más mínima posibilidad de desabastecimiento. Ya me dirás dónde estarás tú, amigo Pablo, cuando el barco se empiece a hundir de verdad, cuando el mundo insostenible que habéis creado y que no queréis cambiar se nos venga encima a todos. Yo apuesto a que estarás con esas ratas humanas que abandonan el barco lo más rápido posible. Y os hundiréis en el fondo del mar por el peso de todos los jamones que os llevasteis de las despensas para daros un último festín antes de morir. Que te aproveche. [La guinda del pastel.]
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«El veganismo es en verdad la afirmación de que en donde haya amor la explotación debe desaparecer.»
- Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society, 1951. Autora
Veterinaria y vegana. Una difícil combinación en los tiempos que corren. Libro
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