Escribo esto movida por la desesperación y el cansancio. Todos los días de mi vida tengo que estar repitiendo lo mismo en algún grupo de Facebook donde surge el debate de si la comida vegana es apta para perros y gatos. Incomprensiblemente gente que se autodenomina «vegana» no ha comprendido aún la esencia del veganismo: evitar en lo posible la explotación y muerte de los animales no humanos. Este principio moral básico en la mente de todo vegano desaparece por arte de magia cuando alguien sugiere que deberíamos alimentar a nuestros compañeros animales de manera vegana, y de pronto saltan las mismas absurdas excusas que los veganos estamos hartos de escuchar de personas no veganas. El comportamiento humano escapa a mi comprensión, pero al menos sé leer y he podido comprobar que basta un poco de interés y voluntad para llegar a una conclusión: sí, es posible dar comida vegana a nuestros compañeros animales, y no, no van a morir desproteinados ni por deficiencia de taurina, igual que nosotros los humanos veganos no morimos desproteinados ni por deficiencia de vitamina B12. Hasta aquí la parte calmada de esta entrada. Ahora voy a dar rienda suelta a mis emociones, aun con el riesgo que eso supone de herir la sensibilidad del lector. Vamos a ver, supuestos veganos que no hacéis más que escudaros en excusas para seguir dando cadáveres animales de dudosa procedencia a vuestros compañeros animales que tanto queréis: ¿Qué diablos os pasa? ¿Qué parte no habéis comprendido de que no es moral demandar la explotación y muerte de animales no humanos para satisfacer vuestras necesidades? ¿Qué parte se os escapa del principio moral que es la base del veganismo que dice que no debemos utilizar a los animales no humanos como recursos? Esto se refiere a todo tipo de uso, no solo el que nos conviene a nosotros. No se trata de nosotros, sino de ELLOS. Y ellos no son solo los miembros de nuestra familia, sean humanos o no, sino también los animales que mueren en los mataderos que normalmente tanta penilla os dan: ¿qué pasa, que esa penilla desaparece si en vez de un filete en vuestro plato es una croqueta en la bolsa de pienso para mascotas? Si una familia vegana coherente se preocupa por enseñar a sus hijos unos principios éticos, también trata de evitar en lo posible que sus perros o gatos se alimenten de cadáveres de seres que querían vivir. Claro, una de las primeras preguntas que uno se hace cuando abraza el veganismo y empieza a extender este principio ético a todas sus decisiones, es: ¿puedo dar comida vegana a mi perro o gato? ¿Eso es saludable para ellos o los estaré matando poco a poco? Obviamente, si alguien se preocupa realmente de esos animales no humanos que mueren en los mataderos, lo que va a hacer es investigar y consultar con especialistas. Por desgracia en el mundo de la veterinaria pasa lo mismo que en medicina humana: igual que hay endocrinos y supuestos médicos, incluso nutricionistas, que aún mantienen que los veganos vamos a morir por falta de proteínas o por deficiencia de vitamina B12, en veterinaria, donde no nos caracterizamos por nuestros amplios conocimientos en nutrición (los cuales en la carrera se centran básicamente en cómo engordar pollos en el menor tiempo posible y cómo cebar cerdos para fabricar buenos jamones), abundan los veterinarios que no tienen ni pajolera idea de lo que es una proteína, y siguen afirmando barbaridades como por ejemplo que la proteína animal es de mayor calidad que la proteína vegetal, que un gato no puede digerir carbohidratos, o que un gato es carnívoro estricto y por eso no puede llevar un dieta vegana. Y mucho ojo con los autodenominados veterinarios «holísticos» o los partidarios de las dietas «naturales» que básicamente recomiendan alimentar a los perros con huesos y vísceras de animales que un perro o un gato jamás consumiría en estado salvaje. Que eso de «holístico» suena muy espiritual pero es una espiritualidad perrigatista. Considerar a una vaca un ser con cuerpo, mente y espíritu que debe ser considerado como un todo no entra dentro de la medicina veterinaria «holística», parece ser, y por eso da igual que sean esclavizadas toda su vida y asesinadas cuando ya no interesa mantenerlas vivas. Os guste o no, actualmente las fuentes más fiables de información sobre dietas veganas son veterinarios veganos, y ahora mismo la gran mayoría son angloparlantes. Aprended inglés, usad el Google Translate o preguntadme a mí, que por algo me molesto en leer y traducir los artículos que están en inglés, pero por favor, haced algo por informaros adecuadamente. Y aunque en este tipo de conversaciones siempre sale alguien diciendo lo de «este es el eterno debate», pues no, siento decirlo: no existe tal debate. Lo único que existe son excusas infinitas. Cuando se os acaben las excusas, pararán las eternas discusiones. En otros países la oferta de piensos veganos para perros y gatos existe desde hace décadas. Igual que no existe una alerta sanitaria mundial sobre veganos desproteinados, tampoco existe ninguna alerta veterinaria por perros y gatos maltratados muriendo de deficiencia de taurina, porque esta se suplementa en todos los piensos, veganos y no veganos. Los requerimientos nutricionales de perros y gatos se conocen desde hace décadas y hasta existen organizaciones que velan para que los piensos cumplan unos estándares que cubran esas necesidades, y eso incluye los piensos veganos. Si un pienso vegano está en el marcado, es porque cumple con ciertos mínimos que aseguran un buen aporte de nutrientes a perros y gatos. Por si aún os queda alguna duda, me he currado este diagrama de flujo para ayudaros a tomar esta difícil decisión: Superadlo: las únicas excusas válidas para no dar comida vegana a tu perro o gato es que no exista disponibilidad de piensos veganos en tu país, que no te apetezca pedirlo por internet o que tu presupuesto no te permita darle una comida de calidad a tus animales (en cuyo caso ni siquiera deberías haberlos acogido en tu casa). Pero estaría bien que dejarais de propagar información falsa, de repetir sin pensar el viejo mito de que los gatos son carnívoros estrictos (que sonáis como los no veganos que dicen que el cerebro de los humanos evolucionó gracias al consumo de carne) y de asumir de una vez vuestra responsabilidad: si seguís dando cadáveres animales a vuestros animales, estáis participando directamente en la explotación animal. Punto. No, vuestros animales no merecen vivir más que los animales que acaban en mataderos. No, los piensos no se fabrican con los desechos de la industria alimentaria, sino que es parte importante de la demanda de productos animales. Y, sobre todo… No, dar comida vegana a nuestros compañeros animales no es maltrato. Lo que es maltrato es lo que sufren los millones de animales que son asesinados todos los días en los mataderos, esos que después de una vida de esclavitud son aturdidos con pistolas de bala cautiva, degollados, escaldados en agua hirviendo y convertidos en comida, cuero o mordedores con forma de zapatilla para perros. Creedme, vuestro gato no se va a traumatizar si en su ración diaria no va incluido un trozo de pavo (o algo a lo que llaman pavo) que jamás se atrevería a cazar, aunque su antepasado lejano sea un león de la selva. Y de momento no conozco ningún terapeuta felino que haya tenido que tratar a un gato porque sufra síndrome de abstinencia por haber eliminado el pescado de su dieta. Si realmente sois veganos, sed coherentes y buscad alternativas, en vez de excusas.
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«El veganismo es en verdad la afirmación de que en donde haya amor la explotación debe desaparecer.»
- Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society, 1951. Autora
Veterinaria y vegana. Una difícil combinación en los tiempos que corren. Libro
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