Recientemente ha sido publicado el mayor estudio científico hasta la fecha que demuestra que los piensos veganos son saludables en perros. Madre mía, qué sorpresa. Pues es asombroso la cantidad de reacciones desproporcionadas que está habiendo en diferentes ámbitos. El propio Andrew Knight, veterinario autor del estudio, ha tenido que dar explicaciones extra, y él mismo se asombra de que le exijan estudios a largo plazo de la idoneidad de estas dietas, cuando nunca antes se ha exigido para las demás. Yo rezo para que los veterinarios que defendemos las dietas veganas en perros y gatos no acabemos en la hoguera de la ciencia fundamentalista. El eterno debate sin sentido me encuentra leyendo un interesante documento escrito por el médico, bioquímico e inmunólogo Jacques Benveniste, también perseguido por la ciencia fundamentalista, representada en este caso por la revista Nature, cuando en un experimento a finales de los 80 puso de manifiesto que las sustancias en altas diluciones podían seguir teniendo efectos biológicos medibles y repetibles en laboratorio. Ni siquiera era homeópata y ni siquiera los laboratorios homeopáticos le defendieron, pero ese fue el final de su carrera. Es lo que ocurre cuando te atreves a desafiar los dogmas inamovibles de la mal llamada ciencia actual y caes en desgracia ante los científicos que ocupan cargos públicos en organizaciones que supuestamente velan por la salud y el avance en el conocimiento. No puedo evitar ver los paralelismos con la cuestión de las dietas veganas en perros y gatos, sobre todo después de leer las reacciones de algunos sectores dentro de la veterinaria después de la publicación del estudio ya mencionado. A la BVA (Asociación Británica de Veterinarios) le parece que la evidencia no es suficiente y exigen estudios a largo plazo, durante toda la vida del animal, para poder decir que las dietas veganas son saludables en perros, cosa que por supuesto no se ha hecho jamás con las dietas convencionales. Es lo mismo que pasa con los humanos veganos: imposible explicarse cómo es que seguimos todos vivos, imposible imaginarse un mundo en el que no haya que explotar a nadie (si nos imaginamos a todo el lobby porcino español viniéndose abajo y después a todas las industrias fabricantes de piensos cárnicos, es más fácil entender por qué son necesarios tantos estudios científicos que demuestren lo que es obvio). Andrew Knight contestó con estas declaraciones, con las que no puedo estar más de acuerdo (subrayo lo mejor bajo mi punto de vista): «Nuestro estudio incluía datos de salud de más de 2500 perros, siendo un estudio a muy gran escala.
Comentarios
La profesión veterinaria es una de las más especistas que existen, eso es ya evidente para muchas personas. Pero quizá sea en el campo de la nutrición donde el especismo no es que sea evidente, es que se ve a la legua y además los defensores de las mal llamadas «dietas naturales crudas» enarbolan con orgullo su inexplicable deseo de alimentar a perros y gatos con carne, huesos y vísceras de animales asesinados en mataderos. Algunos de ellos se asemejan a verdaderos psicópatas. Eso sí, luego los maltratadores somos los pobres veganos que lo único que defendemos es que se respete a todos los animales por igual. Una se harta ya de estar continuamente repitiendo lo mismo en las interminables discusiones que surgen en redes sociales. Lo que importa son los nutrientes, no los ingredientes. Es fácil de entender, ¿verdad? Sin embargo, hay muchas personas que al oír esa frase --y no solo la digo yo, sino otros veterinarios especialistas en nutrición— entran en disonancia cognitiva y al instante comienzan a buscar numerosas excusas para evitar cambiar sus creencias adquiridas. Muchas veces estas personas son partidarias de la dieta BARF, incluyendo a veterinarios holísticos más o menos famosos como la Dra. Karen Becker. Afirman amar tanto a sus perros y gatos que jamás harían nada que fuera en contra de su naturaleza, como darles un producto ultraprocesado, el pienso cárnico de toda la vida. Algunos de ellos hasta afirman ser veganos o vegetarianos (como si fuera lo mismo), pero sin duda alguna no han comprendido aún qué es el veganismo, ya que una persona vegana no distingue de especie: si realmente estás en contra de la explotación animal, no alimentas a tus perros y gatos con cadáveres de otros animales.
Y el debate acaba aquí. O debería. Porque esos que sufren disonancia cognitiva tienen una imaginación desbordante, y se ponen a escribir artículos tan tendenciosos como el que me dispongo a diseccionar a continuación: «La delgada línea entre lo ético y el maltrato», de una adiestradora canina que afirma tener un certificado en nutrición llamada Mónica González Tovar. Veamos qué perlas nos tiene reservadas (la negrita y el subrayado están así en el artículo original). Escribo esto movida por la desesperación y el cansancio. Todos los días de mi vida tengo que estar repitiendo lo mismo en algún grupo de Facebook donde surge el debate de si la comida vegana es apta para perros y gatos. Incomprensiblemente gente que se autodenomina «vegana» no ha comprendido aún la esencia del veganismo: evitar en lo posible la explotación y muerte de los animales no humanos. Este principio moral básico en la mente de todo vegano desaparece por arte de magia cuando alguien sugiere que deberíamos alimentar a nuestros compañeros animales de manera vegana, y de pronto saltan las mismas absurdas excusas que los veganos estamos hartos de escuchar de personas no veganas. El comportamiento humano escapa a mi comprensión, pero al menos sé leer y he podido comprobar que basta un poco de interés y voluntad para llegar a una conclusión: sí, es posible dar comida vegana a nuestros compañeros animales, y no, no van a morir desproteinados ni por deficiencia de taurina, igual que nosotros los humanos veganos no morimos desproteinados ni por deficiencia de vitamina B12.
Hasta aquí la parte calmada de esta entrada. Ahora voy a dar rienda suelta a mis emociones, aun con el riesgo que eso supone de herir la sensibilidad del lector. Durante los últimos meses, no me sobra el tiempo para mantener actualizado mi blog y hacer todo el activismo vegano que quisiera, pero responder adecuadamente a un nefasto vídeo de nuestros amigos (no veganos) de Dimensión Vegana lo considero una emergencia. Con «veganos» como estos, no necesitamos enemigos fuera del movimiento. Creo que no es posible juntar tanta desinformación y causar tanto daño en un solo vídeo. Así que, esta vez, en lugar de diseccionar un artículo, diseccionaré este despropósito. Obviamente, no me gusta dar publicidad a este tipo de individuos que se autodenominan veganos pero que no son capaces ni de dar una definición correcta de veganismo. Ya los conocemos, ya han revolucionado las redes sociales con otras publicaciones polémicas como aquella en la que salía comiendo insectos, porque seguramente eso es lo único que quieren: publicidad. En este vídeo yo incluso le daría el Oscar® al mejor actor dramático. Sus lágrimas y su papel de víctima parecen querer demostrar que los veganos nos dedicamos a perseguir y tirar piedras a aquellos otros «veganos» que no dan de comer pienso vegano a sus animales rescatados. Por supuesto, esto no se corresponde con la realidad, igual que los veganos no nos dedicamos a perseguir y tirar piedras a los no veganos. Una vez más, aparecen las mismas actitudes pueriles y defensivas cuando muestras a alguien que no está siendo coherente con sus propios principios éticos (si es que los tienen).
A pesar de no querer darles publicidad, pongo un enlace a su vídeo (pincha en la foto) porque en esta entrada voy a andar citándolo continuamente. No hace falta que lo veas si no quieres, aunque yo creo que la mejor forma de combatir la desinformación que este individuo siembra en internet es ver el vídeo y dejarle los comentarios apropiados en cualquiera de sus páginas. Comienzo hoy una serie de artículos sobre alimentación vegana para los miembros no humanos de nuestra familia, ya que es un tema que preocupa a muchos veganos seguidores del blog y en países como España aún hay mucho desconocimiento al respecto. He de dejar claro que actualmente no ejerzo como veterinaria, ni tengo una consulta online. [Actualización: ahora sí que ejerzo, y tengo clínica propia, también hago consultas online si el caso se presta a ello]. El propósito de estos artículos es meramente informativo, incluso en un futuro podrían servir de recurso para veterinarios que quieran dar el paso y ofrecer a sus clientes esta posibilidad con confianza, pero son solo pautas generales de alimentación. Todas las dietas tienen que ser personalizadas y adaptadas al individuo, así que sin ver a vuestros compañeros y hacerles primero una revisión completa, no puedo hacer una prescripción dietética. Para ello tendréis que acudir a un veterinario que esté familiarizado con dietas veganas. Si vuestro veterinario habitual no lo está, no estaría de más que se lo propusierais. Si no hay demanda en las clínicas, los veterinarios jamás se formarán para poder aconsejaros correctamente sobre este tipo de alimentación. Igual que ocurre con los nutricionistas de humanos, es nuestro deber estar informados y adaptarnos a las necesidades de los clientes/pacientes. También declaro no tener ningún conflicto de interés con los veterinarios, clínicas o marcas de piensos que seguramente mencionaré. Si aconsejo sus productos es porque desde mis conocimientos veterinarios considero que son apropiados y una buena opción para vosotros. Pero insisto en que no tengo experiencia profesional, jamás he tenido perros o gatos que llevasen una alimentación vegana en mi clínica, y lo único que hago es transmitir lo que voy aprendiendo en mis investigaciones. Por ello, voy a apoyarme en otros colegas de profesión para ir difundiendo toda la información que tenemos sobre piensos veganos y qué resultados dan en la práctica. Como siempre, cualquier aportación es bienvenida. He decidido comenzar con lo más básico, así que hoy os traigo un artículo escrito por el veterinario británico Andrew Knight para The Vegan Society. Fue publicado en el año 2015. Si prefieres leer el original, pincha aquí. |
«El veganismo es en verdad la afirmación de que en donde haya amor la explotación debe desaparecer.»
- Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society, 1951. Autora
Veterinaria y vegana. Una difícil combinación en los tiempos que corren. Libro
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