La profesión veterinaria es una de las más especistas que existen, eso es ya evidente para muchas personas. Pero quizá sea en el campo de la nutrición donde el especismo no es que sea evidente, es que se ve a la legua y además los defensores de las mal llamadas «dietas naturales crudas» enarbolan con orgullo su inexplicable deseo de alimentar a perros y gatos con carne, huesos y vísceras de animales asesinados en mataderos. Algunos de ellos se asemejan a verdaderos psicópatas. Eso sí, luego los maltratadores somos los pobres veganos que lo único que defendemos es que se respete a todos los animales por igual. Una se harta ya de estar continuamente repitiendo lo mismo en las interminables discusiones que surgen en redes sociales. Lo que importa son los nutrientes, no los ingredientes. Es fácil de entender, ¿verdad? Sin embargo, hay muchas personas que al oír esa frase --y no solo la digo yo, sino otros veterinarios especialistas en nutrición— entran en disonancia cognitiva y al instante comienzan a buscar numerosas excusas para evitar cambiar sus creencias adquiridas. Muchas veces estas personas son partidarias de la dieta BARF, incluyendo a veterinarios holísticos más o menos famosos como la Dra. Karen Becker. Afirman amar tanto a sus perros y gatos que jamás harían nada que fuera en contra de su naturaleza, como darles un producto ultraprocesado, el pienso cárnico de toda la vida. Algunos de ellos hasta afirman ser veganos o vegetarianos (como si fuera lo mismo), pero sin duda alguna no han comprendido aún qué es el veganismo, ya que una persona vegana no distingue de especie: si realmente estás en contra de la explotación animal, no alimentas a tus perros y gatos con cadáveres de otros animales. Y el debate acaba aquí. O debería. Porque esos que sufren disonancia cognitiva tienen una imaginación desbordante, y se ponen a escribir artículos tan tendenciosos como el que me dispongo a diseccionar a continuación: «La delgada línea entre lo ético y el maltrato», de una adiestradora canina que afirma tener un certificado en nutrición llamada Mónica González Tovar. Veamos qué perlas nos tiene reservadas (la negrita y el subrayado están así en el artículo original). Hoy quiero hablar de un tema delicado y deseo hacerlo desde el respeto a las diferentes opiniones, pero creo que igualmente heriré algunas susceptibilidades. El primer párrafo ya nos avisa de que lo que vamos a leer nos va a hacer llorar a más de uno, pero no precisamente por lo que ella se piensa… Y no, no hace falta que respetes las distintas opiniones, porque no todas son respetables. Lo que sí deberías hacer es respetar a todos los animales por igual, cosa que, según vamos a ver, no parece que hagas. Nota: Por favor, Mónica, si lees estas líneas, ten en cuenta que mi respuesta a tu artículo no es nada personal, excepto por el hecho de que nos hayas llamado maltratadores a los veganos que damos comida vegana a nuestros animales, así a la cara y sin venir a cuento. Sí, eso hiere susceptibilidades. Muchas veces hay una línea muy delgada entre lo ético (lo que creemos que es lo correcto para unos) y el maltrato (las consecuencias que eso que hemos hecho por creer que es ético, tienen sobre otros). La tendenciosidad ya es visible desde el comienzo del artículo. Doy las definiciones que quiero para construir toda una montaña de falacias basándome en ellas. Primero. «Lo ético» no es «lo que creemos que es lo correcto para unos». La ética no es un sistema de creencias, sino que se basa en un razonamiento lógico y por tanto universal para todos. Segundo. «El maltrato» no son las consecuencias de hacer algo ético, precisamente porque si algo es ético, es justo y busca evitar el daño para todos los implicados. Subrayo, TODOS. No los que tú decidas proteger antes que a otros simplemente porque te apetece, aunque lo más probable no es que lo hagas porque te apetezca, sino porque eres víctima del especismo, ese prejuicio que te hace dar más valor a unas especies animales que a otras. En este camino de la dieta cruda, como en todos los caminos, me he encontrado diferentes tipos de persona. Pero todas tienen algo en común: aman con locura a sus peludos y quieren mejorar su vida y su salud, y saben que la alimentación es un pilar fundamental para lograrlo. A mis talleres y charlas vienen personas de todo tipo. Personas que comen carne, personas que casi no comen carne y hasta veganos que lo pasan un poco mal por motivos éticos. Pero su sentido de la ética está perfectamente desarrollado y saben trasladarlo y adaptarlo a las diferentes situaciones. Me temo que con la última frase quiere decir que hay muchos veganos que, o bien no han entendido qué es el veganismo, o bien son bastante incoherentes con sus principios éticos, y por ello ven totalmente normal alimentar a sus animales con cadáveres de otros animales, hecho que por supuesto la autora del artículo celebra, ya que así ganará más dinero en sus cursos de nutrición (no estoy diciendo que haya nada malo en esto, lo malo es que, como otros no veganos, se dedica a promover la explotación y el asesinato de seres inocentes). Tristemente, muchos veganos incoherentes se dejan convencer por supuestos conocimientos de nutrición de una explotadora de animales. Todas ellas tienen otra cosa en común: han comprendido que lo natural, lo ideal y lo bueno para sus peludos es darles la alimentación que les corresponde. Han entendido que perros y gatos son carnívoros; aunque el primero pueda ser “omnívoro oportunista” es un carnívoro ante todo y el segundo es un carnívoro estricto. Han entendido que darles una dieta diferente no solo le provocará deficiencias nutritivas importantes, sino que será un agente causal directo del deterioro de su salud y de enfermedades de diferentes tipos. No, en realidad estas personas no han entendido nada, y encima tienen la desgracia de estar pagando a una persona que además de no tener ni idea de nutrición, les está dando información falsa. Que un animal sea carnívoro no quiere decir que tenga que alimentarse obligatoriamente de carne, ni siquiera si es carnívoro estricto como el gato. Parece ser que Mónica González desconoce el hecho de que la clasificación de «carnívoro» es una clasificación biológica basada en las características fisiológicas del aparato digestivo de un animal y por el tipo de alimentación que llevaría en estado salvaje. Eso no quiere decir que vaya a sufrir ninguna deficiencia nutritiva si eliminamos la carne y elaboramos una dieta planificada en la que vayan incluidos todos los nutrientes que esos animales necesitan. Actualmente no existe ningún impedimento tecnológico para fabricar o proveer todos los nutrientes adecuados para los perros y gatos que conviven con nosotros, generalmente dentro de nuestras casas, y sin la necesidad de que tengan que salir a cazar. Los gatos que viven en pisos ya no cazan ratones, y mucho menos pescan el atún o el salmón que suele venir en muchas de esas latitas de comida húmeda que les chiflan, y no precisamente por el pescado fresco que llevan sino por los saborizantes elaborados a partir de los desechos más nauseabundos de la pesca que uno se pueda imaginar. ¿Que tú no les darías esas latas sino hígado fresco de pollo? Muy bien, justo el órgano donde se acumulan más tóxicos, incluyendo los restos de antibitióticos que les dan a todos los animales de granja, eso sin hablar de la posible transmisión de enfermedades infectocontagiosas, esta vez a causa de las toxinas bacterianas. Todo bastante poco saludable para tu animal, pero sobre todo, muy poco ético para el animal que muere innecesariamente para alimentar a otros. Han entendido también que el equilibrio de la naturaleza se sustenta en delicadas cadenas tróficas y es por eso que entienden que la ética y los valores varían con el sujeto implicado. Un caballo es un herbívoro y no debemos matar a otros animales para alimentarle. Sería anti-ético pretender que comieran carne por el solo hecho de que a mí me gusten mucho las plantas y quiera salvarlas. Muy bien, lo que es bueno para el pavo es bueno para la pava. Es anti-ético alimentar a un carnívoro con plantas por el solo hecho de que a mí me gusten mucho los animales y quiera salvarlos. Aquí vemos una mediocre tergiversación de la realidad con la que Mónica González pretende defender su posición no ética (la suya sí que lo es, no la de los dan comida vegana a sus animales). Primero nos deleita con su poco original versión de la falacia de la naturaleza adaptada a la alimentación animal, y además nos habla de cadenas tróficas, exactamente igual que nos diría un no vegano con su «El ser humano está en la cima de la cadena alimentaria» para justificar su innecesaria matanza de seres vivos. Después nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino, afirmando que alimentar a un caballo con cadáveres sería lo mismo que alimentar a un carnívoro con plantas. No, no es lo mismo. Alimentar a un caballo con cadáveres estaría mal por el caballo, quien en este caso sí que no recibiría los nutrientes que necesita, eso suponiendo que pueda digerir un cadáver con su pH estomacal mucho más alcalino que el de un carnívoro. Y también estaría mal hacerlo por la cantidad de animales inocentes (generalmente rumiantes) que morirían para alimentarle a él. Por el contrario, alimentar a un carnívoro con vegetales se puede hacer perfectamente si conoces las proporciones adecuadas de nutrientes y los suplementos que necesitarás en caso de que no puedas encontrar una fuente vegetal para determinado nutriente. Hay miles de perros y gatos que llevan una dieta cien por cien vegetal y no solo están perfectamente, sino que a veces incluso están más sanos que los que llevan una dieta cárnica. Y por si te había pasado desapercibido, además no tenemos que matar a ningún otro animal para alimentarlos a ellos. Creo que tu sentido de la ética es cuando menos bastante peculiar. Así que no, lo que es bueno para el pavo no siempre es bueno para la pava, pero lo que sí es cierto es que generalmente tanto el pavo como la pava quieren vivir sus vidas en paz y libertad. Por cierto, los veganos no es que queramos salvar a los animales porque nos gustan, lo único que pedimos es respeto para ellos, ya que son animales sintientes que no quieren ser esclavizados, torturados ni asesinados. Privar a un animal de su forma de alimentación adecuada, de forma consciente, es someterlo a un tipo de maltrato. Privar a un animal de su principal forma de sustento basados en la idea de que así ahorramos el sufrimiento de otras especies es una idea que no tiene sentido. “Prefiero no darle carne a un carnívoro para no causar sufrimiento a su presa” es igual a decir “prefiero causar sufrimiento y enfermedades nutricionales a mi pequeño compañero carnívoro pero salvar a su presa”. Todo falso, porque, obviamente, dar una dieta cien por cien vegetal a tu pequeño carnívoro no tiene porqué causarle ningún sufrimiento ni enfermedades nutricionales, si te asesoras con alguien que sepa de verdad de nutrición. O incluso sin asesoramiento, basta con ir al establecimiento adecuado y adquirir un pienso completo vegano, que los hay desarrollados por veterinarios (que según Mónica González tal vez deberían estar en la cárcel por maltratadores). El que sí sufre es el cordero o el pavo que mencionabas antes, ese a quien le cortan el cuello en contra de su voluntad para que tú alimentes a tu carnívoro con carne, aun sabiendo que es totalmente innecesario. Eso sí que es hacer el mal a consciencia. Me gustaría que en al artículo se hubieran incluido referencias a estudios científicos que me aclararan qué carencias nutricionales son esas que van a conducir a la tumba a todos los perros y gatos con dietas cien por cien vegetales, pero me da que el entendimiento sobre nutrición de Mónica González va a ser el mismo que tiene respecto a la ética y los Derechos Animales, o sea, prácticamente nulo. Yo, por mi parte, puedo aportar varios estudios que demuestran que tanto y perros gatos alimentados exclusivamente con vegetales mejoran de algunas patologías y no hay ninguna diferencia en longevidad en relación a animales que llevan dietas cárnicas. El artículo de nuestra amiga está basado únicamente en falsedades. Quiero seguir siendo muy clara: la proteína animal y la proteína vegetal no son iguales. La grasa de origen vegetal y la de origen animal no son iguales. No importa que la soja tenga un porcentaje de proteína altísimo. Es proteína no aprovechable por un carnívoro. Si lo fuera, los carnívoros, que no serían ya tales, lo tendrían mucho más fácil. Es mucho más fácil comer hierba que tener que esperar días para intentar cazar una presa. Es mucho más fácil pastar que buscar, perseguir y pillar una presa. Y la naturaleza es muy sabia. Si fuera lo mismo, ya hace miles de años que los carnívoros hubieran elegido esta forma mucho más sencilla y menos costosa de alimentarse. Aquí nuestra amiga Mónica nos vuelve a demostrar la poca idea que tiene de nutrición. Las proteínas vegetales y las proteínas animales son cadenas de aminoácidos. Se diferencian en la proporción de esos aminoácidos, nada más. Combinándolos adecuadamente, cualquier perro o gato puede obtener los aminoácidos que necesita (excepto la taurina en el caso de los gatos, por lo que se añade en todos los piensos, incluso los cárnicos), porque no existe ninguna razón fisiológica por la que un perro o gato no pueda digerir adecuadamente la proteína vegetal, como la de la soja, mucho menos cuando nadie en su sano juicio le va a dar a su perro un potaje de soja o soja cruda, sino que la va a procesar aunque sea mínimamente para mejorar su digestibilidad. Los carnívoros que tenemos en casa no salen a perseguir presas, insisto. Además la alimentación cien por cien vegetal no consiste en comer hierba (pastar), en caso de que algún lector (o la autora del artículo) no lo sepa. Eso es lo que hacen los herbívoros rumiantes, que son los que tienen su estómago dividido en cuatro compartimentos, como habrías estudiado si fueras veterinaria. De hecho, hay incluso estudios que prueban que la digestibilidad de la soja en perros es muy parecida a la de proteínas de origen animal. Por ejemplo, en uno de ellos se demuestra que la digestibilidad de la proteína de soja en perros es incluso mayor que la de la proteína de pollo. Veganos y vegetarianos del mundo (yo misma he sido vegetariana durante 5 años): por favor, si no les parece ético comprar carne para vuestros perros y gatos, lo mejor que podéis hacer es buscar otro tipo de mascota. Pretender que se amolden a vuestras propias necesidades nutricionales no solo es una ilusión, es pretender que cambie su biología y su naturaleza en pro de vuestros propios ideales humanos. Así que has sido vegetariana cinco años, ¿y? ¿Quieres decir que jamás dejaste de participar en la explotación animal? ¿Y que ahora sigues comiendo carne y ni siquiera eres vegetariana? Sí, era de esperar viendo lo que escribes sobre temas que no conoces, y creo que no eres la persona más adecuada para darnos lecciones de ética a los veganos. Si a alguien no le parece ético comprar carne para sus perros y gatos, que es lo más coherente si ese alguien se hace llamar vegano, lo que hace es buscar información fiable de especialistas que realmente sepan de nutrición. Es una pena que ese tipo de especialistas no abunden entre los veterinarios y que los pocos que existimos tengamos que estar luchando constantemente contra tanta falacia. Es realmente triste que tantos veterinarios afirmen amar a perros y gatos y hacer lo mejor para ellos (como esa Dra. Karen Becker que mencionas al final de tu artículo), mientras que por otro lado ignoran e incluso apoyan la muerte de muchos otros individuos, pertenecientes a otras especies. Yo también tengo un mensaje para los veganos y vegetarianos del mundo: si estáis alimentando a vuestros perros y gatos con comida cien por cien vegetal, por favor, seguid haciéndolo, eso es lo correcto y lo más justo. Y olé por vosotros, ya que con frecuencia tenéis que ocultar este hecho a veterinarios desactualizados, tenéis que soportar que os llamen maltratadores y además luchar constantemente con toda una serie de prejuicios aún existentes incluso entre personas veganas. Podéis sentiros orgullosos porque estáis haciendo lo mejor tanto por vuestros compañeros de cuatro patas, como por el resto de animales no humanos víctimas de la explotación. La línea entre lo ético y el maltrato es muy delgada y si elegís, a consciencia, tener como compañero a un pequeño carnívoro, lo ético es que lo alimentéis como lo que es. No, amiga Mónica. Lo realmente ético es respetar la vida de todos los animales por igual, no solo la de aquellos que tú elijas porque te parecen más adorables o porque has elegido recogerlos en tu casa. Maltrato es criar, esclavizar, explotar, asesinar… a esos miles de animales que acaban en los mataderos todos los años, ignorados por personas como tú que se intentan justificar inventándose su propio significado de ética y maltrato. Lo realmente ético es buscar alternativas a aquello que claramente es injusto, en lugar de escudarnos en pobres excusas. No, los que damos comida vegana a nuestros perros y gatos no somos maltratadores. Los no veganos sí que lo sois. Sois vosotros los que financiáis la cría y matanza de animales que no deberían estar a nuestro servicio. Tú sí que has traspasado, con creces, una línea que nadie debería traspasar: la de satisfacer tus propios deseos a costa de la vida de otros. 🐎 🐎 🐎 Comentario adicional por el activista Igor Sanz. Añado a lo que apunta Mónica Manzanares que ya es hora de que se entienda de una santa vez que conceptos como "carnívoro", "omnívoro", "herbívoro", "insectívoro" y demás "-voros" que se quieran son simples convencionalismo, puros útiles cuya única y exclusiva función es ahorrar espacio en los libros de zoología. Nada más. Son categorías groseras (y artificiales) que buscan describir de forma ágil algunos patrones ordinarios de la conducta de los animales, lo mismo que "nocturno", "diurno", "gregario", "solitario", "predador", "carroñero", "monógamo" y tantos y tantos otros más. Nadie duda sin embargo de que un animal catalogado como "nocturno" pueda hacer actividad diurna o que los tan "solitarios" gatos puedan convivir con otros gatos, ¿verdad? Pues eso. Son apuntes sucintos sobre algunas respuestas frecuentes observadas en la naturaleza, y punto. Si alguien se alimenta de plátanos, se le dirá "platanívoro"; y si de repente le da por comer naranjas, se le dirá entonces "naranjívoro". Así de vana es la cosa, en efecto. Aquí no hay análisis anatómicos, ni fisiológicos, ni metabólicos, ni gaitas. Esos son factores circunscritos. Es ponerse a buscar lo que se sabe que se va a encontrar; porque si un animal come cacahuetes, pues está claro que algún medio tendrá para acceder, tragar y digerir los cacahuetes. Y así, si queremos transmitirle a alguien de forma rápida y general el modo en que se alimenta ese animal, nada más fácil que condensarlo bajo el adjetivo de "cacahuetívoro". El valor de este asunto no pasa de aquí. Vamos a ver si recuperamos un poco la cordura, porque pretender debates con base en esto es más estúpido que una cucharilla para zurdos. Igor Sanz es el autor del blog «Lluvia con truenos».
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«El veganismo es en verdad la afirmación de que en donde haya amor la explotación debe desaparecer.»
- Leslie Cross, vicepresidente de la Vegan Society, 1951. Autora
Veterinaria y vegana. Una difícil combinación en los tiempos que corren. Libro
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